viernes, 17 de octubre de 2014

Revista

 

Leer y hacer un mapa mental


http://www.andaluciainvestiga.com/revista/pdf/100p_evolucion_web.pdf


lunes, 13 de octubre de 2014

La Célula



En 1665, Robert Hooke se encontraba observando en su laboratorio cortes finos de la corteza de un árbol de corcho con su microscopio, cuando descubrió que ésta presentaba una serie de espacios llenos de aire, como estas estructuras se parecían a un panal  las llamo células, que en latín significa celdillas.

El nombre que Hooke dio a su descubrimiento ha sido respetado hasta nuestros días: se sigue utilizando el término célula para definir la unidad que forma a todos los seres vivos.
Hooke no sabia la importancia que representaba su descubrimiento. Siguió realizando observaciones de tejidos animales y vegetales y concluyo que todos los organismos estaban formados por estructuras similares. Surge así la biología celular o citología, rama de la Biología encargada del estudio de las células.

Teoría celular de Schleiden, Schwann y Virchow

Fue hasta 1838, casi 175 años después de las primeras observaciones de Hooke, cuando Matias Schleiden y Teodoro Schwaan, dos biólogos alemanes, propusieron lo que ahora se conoce como la teoría celular.

Schleiden trabajaba estudiando la estructura de las plantas y de sus observaciones concluyo que todas ellas estaban formadas por células. Mientras Schwaan estudiaba tejidos animales y descubrió que también estaban constituidos por células.
Juntos enunciaron los siguientes postulados.
  1. La célula es la unidad anatómica y estructural que constituye a todos los seres vivos.
  2. La célula es la unidad fisiológica de los seres vivos, lo cual quiere decir que realiza todas sus funciones.
    En 1858, Rudolr Virchow, científico alemán, enuncio el tercer postulado:  
  3. Las células tienen su origen en otras célula semejante y se forma por la división celular de la misma.
En otro tiempo se creía que los seres vivos se podían formar de manera espontánea teoría que se mantuvo vigente por muchos años hasta que Francesco Redi y Louis Pasteur demostraron su falsedad. 


Célula procariota.



Diferencias entre célula procariota y célula eucariota


Organelos



Otro vídeo que encontré en youtube para que lo vean 


viernes, 3 de octubre de 2014

vídeo para entender mejor la adaptación de especies


Historia de los microscopios

Ya los antiguos sabían que los espejos curvos y las esferas de cristal llenas de agua aumentaban el tamaño de las imágenes. En las primeras décadas del siglo XVII se iniciaron experiencias con lentes (así llamadas por tener forma de lentejas) a fin de lograr el mayor aumento posible. Para ello se basaron en otro instrumento con lentes que obtuvo gran éxito, el telescopio, usado por primera vez con fines astronómicos por Galileo, en 1609. Antes de esta fecha, los seres vivientes más pequeños conocidos eran insectos diminutos. Naturalmente, se daba por sentado que no existía organismo alguno más pequeño.

 Los instrumentos para aumentar la visión de los objetos, o microscopios (la palabra griega significa “para ver lo pequeño”) comenzaron a usarse progresivamente. Por primera vez la biología se ampliaba y extendía gracias a un mecanismo que llevaba el sentido de la vista humana más allá de sus límites naturales. Así, los naturalistas podían describir en detalle los pequeños organismos, cosa de otro modo imposible, y los anatomistas podían descubrir estructuras hasta entonces invisibles. Existían dos tipos de microscopios: el sencillo y el compuesto; el sencillo no era más que una lente montada, el compuesto estaba formado por una combinación de lentes y fue inventado por Zacharias Jansen en Holanda. 

Luego de la invención de Jansen, en pocos años hubo un gran número de diseñadores de microscopios en Europa. El primer avance técnico del microscopio luego de Jansen fue el paso de un sistema de 2 lentes a uno de 3, este sistema es la configuración estándar que se mantiene en los microscopios de hoy. Lo siguiente intenta resumir los acontecimientos más sobresalientes en la historia de la microscopia:

 • El naturalista holandés Jan Swammerdam observó insectos con el microscopio haciendo hincapié en su conformación, descubrió también que la sangre no es un líquido uniforme rojo sino que existen corpúsculos que le dan ese color.

• El botánico inglés Nehemiah Grew estudió los órganos de reproducción de las plantas y descubrió los granos de polen.

• El anatomista holandés Reigner de Graaf realizó estudios similares en animales describiendo ciertos elementos del ovario que desde entonces se conocen con el nombre de folículos de Graaf.

• Marcello Malpighi fue uno de los microscopistas más grandes de la historia de acuerdo a su espectacular descubrimiento. Sus primeros estudios los realizó con pulmones de rana, pudiendo observar en ellos una compleja red de vasos sanguíneos, demasiado pequeños para ser vistos por separado y muy anastomosados.

Cuando siguió el recorrido de los vasos hasta que se unían con otros mayores, comprobó que estos últimos eran venas en una dirección y arterias en dirección opuesta. Por consiguiente, las arterias y las venas se hallaban unidos mediante una red de vasos llamados capilares.

Otro descubrimiento importante en la época fue el del científico inglés Robert Hooke. El microscopio lo fascinaba y realizó uno de los mejores trabajos en esta rama, nueva para ese entonces. En 1665 publicó un libro llamado Micrographia en el cual pueden encontrarse algunos de los mejores dibujos que se hallan hecho de observaciones microscópicas.

 La observación simple más importante fue la de un delgado trozo de corcho sobre el cual no se sabía porque flotaba en agua y era tan liviano y firme. Hooke observó que estaba constituido por una fina trama de pequeñas celdillas rectangulares en las cuales se encontraba aire, que él llamó “células”, un término habitual para designar pequeñas habitaciones en los monasterios. 

 Los primeros en usar el microscopio, incluso Malpighi, usaron sistemas de lentes que producían aumentos mucho mayores que los obtenidos con una sola lente. Sin embargo, empleaban lentes imperfectos, de superficies irregulares y con fallas internas. Si se intentaba lograr un aumento apreciable, la visión de los detalles se hacía confusa.

Anton van Leeuwenhoek usaba lentes simples, que por su reducido tamaño podían obtenerse de pequeños trozos de cristal perfecto. Puliendo cuidadosamente dichos fragmentos, logró aumentar un objeto hasta 270 veces sin perjuicio de la nitidez. Tenía 419 lentes alguna de las cuales eran de cristal de roca y hasta de diamante, en algunos casos no eran mayores que el tamaño de un alfiler, por lo que sus microscopios tenían un tamaño diminuto comparados con otros de la misma época.

Desde 1660 hasta la actualidad el microscopio óptico ha sido el pilar fundamental en el conocimiento de lo invisible. Aunque su poder de resolución aumentó a través del tiempo (con la mejora en la calidad de las lentes) al igual que el poder de magnificación, su factor limitante fue la longitud de onda de la luz. En 1930 el mundo submicroscópico se amplió con la aparición del microscopio electrónico cuya ventaja principal con respecto al microscopio óptico es un aumento de 1000 veces en la magnificación del material observado acompañado de una mayor capacidad de resolución generando una mejor definición y una ampliación del mundo microscópico. ADN, virus y pequeñas organelos fueron observadas por primera vez con este microscopio. 

Existen dos tipos básicos de microscopios electrónicos los cuales fueron inventados al mismo tiempo pero tienen diferentes usos. El microscopio electrónico de transmisión (MET) proyecta electrones a través de una fina capa de tejido o material a observar produciendo una imagen en dos dimensiones sobre una pantalla fosforescente. El brillo en un área particular de la imagen es proporcional al número de electrones que son transmitidos a través del material. El microscopio electrónico de barrido (MEB) produce una imagen que da la impresión de ser en tres dimensiones. Este microscopio utiliza dos o tres puntos de la muestra donde llegan los electrones que escanean la superficie del espécimen a observar y salen del espécimen como electrones secundarios siendo detectados por un sensor. La imagen se produce como el espécimen entero, a diferencia del MET donde la imagen corresponde sólo a los electrones transmitidos.


jueves, 2 de octubre de 2014

Implicaciones del descubrimiento del mundo microscópico en la salud y en el conocimiento de la célula.



La historia del microscopio
(Primera parte)
José Ángel Cobos Murcia


Los primeros grandes avances en la ciencia –y en particular en las ciencias biológicas– se deben en parte a la invención del microscopio óptico, cuando a finales del siglo XVII Anton van Leeuwenhoek, tallando lentes, pudo apreciar el mundo que por su tamaño tan pequeño no era posible ver a simple vista: el mundo microscópico.
Sin embargo, los intentos de amplificar imágenes se remontan a los griegos y romanos, quienes emplearon esferas de vidrio llenas de agua, las que solo eran útiles para observar heridas y tejidos, mas no ese mundo diminuto.
Afortunadamente, años más tarde, gracias a la invención del microscopio óptico, el hombre pudo tener evidencia del gran mundo que existía más allá de las lentes y descubrir así un universo inorgánico, como los cristales de la sal de mesa o las sales de oxalato que se encuentran en la orina y cuya acumulación es la causa de los cálculos renales. Asimismo, pudo observar los lentos desplazamientos de un parásito intestinal, la ameba, lo que también ayudó a que se quitara la venda del oscurantismo y dar así los primeros pasos en la ciencia moderna. Un hecho más, de entre tantos destacables, fue que gracias al microscopio óptico algunos químicos y médicos, como Louis Pasteur y Robert Koch, pudieran estudiar las enfermedades que asediaban a la humanidad.
El microscopio óptico consta de tres sistemas: mecánico, de iluminación y óptico. El sistema mecánico se encarga de dar estabilidad y fuerza a este aparato, así como facilitar su manejo. Su función más importante consiste en sostener el sistema óptico y variar la distancia entre las lentes y lo que deseamos observar. La iluminación se encarga, como su nombre lo indica, de iluminar lo que se quiere ver. Finalmente, el sistema óptico aumenta (ópticamente) el tamaño de las imágenes y está integrado por lentes de cristal que desvían la luz al pasar a través de ellas, concentrándola o dispersándola.



Griegos, romanos y la invención
Los griegos y romanos, con todos sus ejemplos morales o filosóficos, no tuvieron la menor idea de la existencia del mundo microscópico. Esopo y Fredo no pudieron imaginar que existieran animales más pequeños que la pulga. Los emperadores romanos y el mismo rey Salomón, pese a su gran poder, ignoraban la existencia de un mundo completamente inaccesible a su vista, y enemigos que Alejandro Magno ni Aquiles hubieran podido vencer.
Las primeras aplicaciones de lentes fueron hechas por Euclides y Ptolomeo. Euclides fue un célebre matemático alejandrino que publicó Elementos, uno de los textos matemáticos más importantes. Claudio Ptolomeo, a su vez, astrónomo y geógrafo griego, fue el inventor del astrolabio, instrumento usado en las observaciones astronómicas. Séneca, quien fuera el tutor de Nerón y su consejero cuando este fue emperador, relata, al igual que Plinio, cómo el emperador contemplaba las batallas de gladiadores a través de esmeraldas talladas, posiblemente para corregir así su miopía.
A finales del siglo XVI Leonardo da Vinci ya insistía en las ventajas de emplear lentes en el estudio de los objetos pequeños. Durante este tiempo, se destaca el estudio de insectos minúsculos, tanto que en el libro Magia naturalis de Juan Bautista de la Porta se describen los principios y usos de aquellas.
Aún se debate si la invención del microscopio compuesto de dos lentes fue obra del holandés Zacharias Jansen (1590) o del italiano Galileo Galilei (1609). Ambos diseños eran versiones inversas del telescopio desarrollado por el alemán Hans Lippershey y podían amplificar una imagen hasta diez veces.

La primera ocasión que se empleó la palabra microscopio en una publicación científica fue hecha en 1625 por Federico Cesi y Francesco Stelluti en una publicación de la Accademia dei Lincei, la más antigua de las sociedades científicas de Europa, en un trabajo titulado Apiarium, en el cual reportaban observaciones microscópicas de una abeja. Otra publicación de gran importancia fue Micrographia, de Robert Hooke, quien presenta ahí sus observaciones del corcho hechas en 1663 y establece el nombre de célula. Muestra en su obra detallados dibujos de insectos, semillas y cabellos; objetos de uso común, como alfileres y grabados de diferentes tipos de textiles, al igual que algunos esquemas del microscopio. Pero su trabajo solo muestra con gran detalle objetos que es posible observar a simple vista. De igual manera, la primera publicación verdaderamente crucial en que se reporta el empleo del microscopio fue una investigación de la circulación de los glóbulos rojos (o eritrocitos, las células que transportan el oxígeno de la sangre y que están contenidas en esta) en las orejas del conejo. Este trabajo fue realizado por Macello Malpighi en 1665.
El gran innovador y primer microscopista
Para continuar con su desarrollo y amplificar mejor el tamaño de los objetos, la microscopía debía dar un paso atrás para impulsarse. Así, a mediados del siglo XVII, a casi cinco décadas de la controversial invención del microscopio compuesto, Anton Van Leeuwenhoek, un holandés nacido en Delft en 1632, modificó y mejoró su diseño, para lo cual debió reformar el microscopio simple. Leeuwenhoek visitó ópticas y talladurías de vidrio, donde aprendió las técnicas de soplado y tallado. Además, para mejorar las aleaciones con las que se construía la parte mecánica, consultó alquimistas y boticarios, de quienes aprendió los secretos de la extracción de metales.
Con estos conocimientos, él mismo construyó sus propios microscopios, y en 1674 fue el primero de los más de quinientos personajes que se dedicaban a ello. Hoy, los investigadores compran por unos cuantos pesos un microscopio nuevo y reluciente, dan vuelta al tornillo milimétrico y hacen observaciones, muchos de ellos sin saber ni preocuparse acerca de cómo está construido el aparato. El secreto de Leeuwenhoek para alcanzar esos aumentos fue que él mismo tallaba sus lentes, secreto que conservó celosamente y que prolongó el empleo del microscopio compuesto hasta el siglo XIX.
Aunque el microscopio de Leeuwenhouk es simple, logra aumentos de hasta 480 veces el tamaño de los objetos usando una sola lente, como las lupas, a pesar de su poca complejidad
Como lo describió Paul de Kruif en su libro Los cazadores de microbios, Leeuwenhoek fue el primer cazador de microbios y un verdadero microscopista. Fue conserje de la casa consultorial de su pueblo natal, comerciante de telas y el primero en asomarse a un mundo nuevo poblado de seres diferentes. La falta de preparación académica de Leeuwenhoek fue un factor importante en los trabajos que realizó, pues su supuesta ignorancia lo aislaba de la charlatanería de su tiempo, en el que las enfermedades se atribuían a los malos espíritus. Él no tuvo otras guías que sus ojos, sus reflexiones y su criterio, además de una meticulosidad verdaderamente científica en los procedimientos que seguía.
Vivió satisfecho de sí mismo y en paz con el mundo, sin tener otro deseo que poner bajo sus lentes todo lo que hallara en su camino. Observó la carne de ballenas, las escamas de la piel y el ojo del buey, quedando maravillado por la estructura del cristalino; pasó horas enteras contemplando la lana de la oveja, los pelos de castor y de liebre, los que iban de finos filamentos a gruesos troncos. Observó sus propios fluidos corporales y ensartó cabezas de moscas en alfileres para disectarlas. Leeuwenhoek era un “cachorro” que olfateaba sin asco, sin tino y sin respeto todo lo que había a su alrededor.
Ya que sus lentes tenían la capacidad de aumentar cientos de veces el tamaño de los objetos, pudo observar un mundo jamás antes visto, lleno de criaturas que habían vivido, respirado y muerto ocultas y completamente desconocidas para el hombre desde el inicio de los tiempos.
Después de muchas horas corroborando los objetos que tenía durante días bajo el microscopio, realizaba sus observaciones y comentarios, los recopilaba y enviaba a sus conocidos en los Países Bajos, mientras era la burla de la mayoría de los habitantes de Delft. Por fortuna no de todos, pues entre estos últimos se hallaba Regnier de Graaf, un médico y fisiólogo holandés, quien asombrado por los descubrimientos de Leeuwenhoek lo presentó ante la Royal Society (Real Sociedad) de Londres, la más antigua de las sociedades científicas del Reino Unido, de la cual él era miembro.
Los miembros de la Sociedad se impresionaron por el trabajo de Leeuwenhoek y lo animaron a que siguiera escribiéndoles. Desde ese momento y a lo largo de cincuenta años enviaría cientos de cartas al secretario de la Real Sociedad, poniendo al descubierto las imposturas de los charlatanes y disipando supersticiones.
Las cartas enviadas por Leeuwenhoek estaban escritas en holandés, la única lengua que hablaba, por lo que causaron problemas en la literatura científica, pues entre los siglos XVII y XIX casi todas las publicaciones se escribían en latín; sin embargo, siempre fueron recibidas con beneplácito por los caballeros de la Real Sociedad, de la que lo hicieron miembro en 1680; desde 1674 hasta el día de su muerte llevó a cabo numerosos descubrimientos, entre los que destacan la primera descripción precisa de un glóbulo rojo y de protozoos a los que llamó “animálculos”; describió tres tipos de bacterias e hizo la primera descripción de un espermatozoide humano. Fue tan famoso que reyes y reinas retrasaban sus viajes para pasar por Delft y poder mirar así a través de las lentes de este celoso holandés.
Describe De Kruif que a los 91 años, ya en su lecho de muerte, Leeuwenhoek hizo llamar a su amigo Hoolvliet, a quien le dijo: “Sé bueno y toma esas dos cartas sobre la mesa, tradúcelas al latín y envíalas a Londres, a la Real Sociedad”. Hoolvliet obedeció y anexó la siguiente nota: “Les envío, apreciables señores, el postrer regalo de mi amigo muerto, esperando que sus últimas palabras sean del agrado de ustedes”.

complemento del Reconocimiento de las adaptaciones de la herbolaria de México a la ciencia y a la medicina del mundo

¿Cuál es la importancia de la herbolaria como aportación del conocimiento de los pueblos indígenas a la ciencia?.... 

El uso de las plantas medicinales es tan antiguo como el hombre mismo, esta etapa de aprendizaje trascurrió lentamente al ritmo de la evolución. Uno de los hitos que influyó de manera decisiva en el devenir de dicho proceso fue el surgimiento de la agricultura.
Los primeros pobladores del territorio mexicano también aprendieron a cultivar lo que deseaban comer, fenómeno cultural que ocurre de forma sincrónica en todo el planeta.
Estas sociedades practicaban de manera empírica y a base de prueba y error muchas de las disciplinas científicas actuales, fueron “arquitectos” al construir sus chozas, “físicos” al dominar el fuego, “médicos” al curar los diversos males que los aquejaban, este último aspecto llevo al desarrollo de otras disciplinas como la farmacología e indudablemente la medicina actual.

México Tenochtitlán:

La medicina en estos tiempos estuvo muy basada en la forma en la que las personas entendía la enfermedad y la forma de curarlas, se veía que la salud era un equilibrio que se encontraba  al cumplir las obligaciones con la familia, la sociedad, los dioses y que la medicina se ocupaba de recuperar el equilibrio perdido.
Pese a que Fray Juan de Zumárraga en Texcoco y Fray Diego de Landa en Yucatán quemaron los libros mayas y aztecas algo se logró salvar y nos permitió corroborar el alto grado de adelanto logrado por los indígenas en la medicina y principalmente en la herbolaria. Entre ellos estuvo el “Libellus de medicinalibus indorum herbis” y el “Códice Badiano” que es el texto traducido al latín de un libro escrito por el médico azteca Martín de la Cruz.

Medicina Náhuatl:

Los nahuas tuvieron un vasito conocimiento de plantas, así mismo de técnicas quirúrgicas. El mundo mesoamericano antes de la llegada de los españoles era totalmente diferente a toda la concepción que tenían de la vida en el Viejo Mundo, esto nos lleva a entender que el desarrollo de la Medicina se veía solo favorecida por las rutas comerciales al sur de donde llegaba comida y medicina de diferentes ecosistemas. Gracias a todas estas cosas la esperanza de vida era mayor a la de los españoles a pesar de la muerte de los nahuas en guerra y de la alta mortalidad infantil, esto se veía contrarrestado por la alta natalidad.


La herbolaria son duda influyo en el avance de la medicina.



...¿Cuál es la importancia de la herbolaria como aportación del conocimiento de los pueblos indígenas a la ciencia? ...
Los indígenas siempre han estado relacionados a la naturaleza, de tal forma que el conocimiento sobre ella es amplio, al tener este conocimiento para saber que tipo de hierbas usar, con que mezcladoras, como prepararlas, para que malestar o que curar, propicio a que se mirara con atención que es lo que cura, que principio activo natural es y que cura,  gracias al avance de la tecnología se han obtenido estas respuestas, ademas del procesamiento sintético de estos activos naturales, para la fabricación de medicamentos en masa.